Me hundo en tus ojos.
Recibo penas, lamentos ahogados.
Rebusco señales de hastío.
Huelo,
pero no encuentro peligro.
Sólo ecos
de un alma silenciada,
del resto del miedo escondido.
De una falta de costumbre
trescientos días sin garantías.
La seguridad no aconseja
no permito creer más que lo real
ya es suficiente con eso.
Digo muchas cosas,
verdades que , a veces, matan.
Me permito creer en lo que amo,
pero lo lleno de matices.
No permito que otra vez lo ideal llene el vacío.
Se me llenan los pulmones de aire
creo en lo que veo y lo escribo,
Me abro como una estrella de mar a las aguas saladas
Soy un suspiro en el sueño de la eternidad.
Pero un suspiro profundo y azul.
Hermoso relato, te felicito!
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